Julia estaba consciente de los beneficios de la delegación. Sin embargo, cuando lo hacía, no estaba obteniendo los resultados esperados. ¿Dónde estaba fallando?, se preguntaba sin conseguir respuesta.
Existen muchas razones para que la delegación no sea efectiva. Hemos visto algunas de ellas en los episodios precedentes: Delegar a la persona inadecuada, fallas de comunicación, falta o exceso de control. Todo esto lo podemos evitar si planificamos de forma apropiada antes de delegar.
Julia me comentó, cuando le pregunté cómo planificaba su delegación, que eso le hacía perder mucho tiempo y por eso prefería, casi siempre, hacerlo ella misma. –Eso puede ser cierto, –le comenté, –si tienes una visión corta de la delegación. La primera vez que lo hagas, ciertamente te llevará más tiempo, pero si los resultados son los esperados, posiblemente acabas de descubrir un talento que no conocías y habrás desarrollado la confianza en un subordinado, lo cual te permitirá delegar en el futuro con menos inversión de tiempo. –Voy a intentarlo, afirmó.
Planificar la delegación consiste, en mi opinión, en plantearse estas interrogantes:
¿Qué riesgos estoy corriendo al delegar esta actividad?
La respuesta puede indicarte si debes hacerla tú mismo o si puedes delegar, en cuyo caso, también te ayudará a determinar el grado de control que vas a ejercer.
¿A quién se la delego?
Revisa quién entre tus subordinadas puede estar preparado, por estudios o experiencia, para confiarle la tarea. Cuál de ellos podría motivarse al asignarle una nueva responsabilidad.
¿Cómo se la delego?
Decide si le explicarás en detalle cómo hacer la tarea o permitirás que aplique su criterio. En cualquier caso, asegúrate que el resultado esperado es comprendido.
¿Qué grado de control debo aplicar?
Dependiendo de los riesgos y de la persona en quien delegas, debes establecer los mecanismos de control. En un extremo, puedes solicitarle que te presente el resultado de la actividad en el tiempo acordado. El otro extremo consiste en un control estricto cuando el riesgo es alto y el supervisado está en proceso de aprendizaje.
Si la delegación es exitosa, ¿puedo asignarle esta tarea con carácter permanente?
De ser así, estás obteniendo dos beneficios: Tendrás más tiempo en el futuro para dedicarlo a otros asuntos más importantes y habrás ayudado a que un subordinado adquiera una responsabilidad significativa, lo cual puede representar un aprendizaje nuevo o un avance profesional.
Recuerda: No improvises al delegar. El resultado puede ser desastroso. Hazlo a conciencia, en la seguridad de que todos se beneficiarán de una delegación exitosa.
Autor
Gustavo Yepes
Coach. Conferencista. Experto en Gestión del tiempo
Aliado de "Y eso, ¿cómo se come?" en Hyggelink
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