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El que mucho abarca…

  • Foto del escritor: Jorge Rivas Don Refrán
    Jorge Rivas Don Refrán
  • hace 30 minutos
  • 2 Min. de lectura

En este artículo exploramos cómo el clásico dicho "El que mucho abarca, poco aprieta" se convierte en una advertencia poderosa para las empresas modernas:



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Diversificar sin estrategia, saturar equipos, o abrir demasiadas líneas de negocio puede terminar debilitando los resultados.


A través de ejemplos reales y una reflexión final, mostramos cómo enfocarse, priorizar y elegir bien las batallas es clave para crecer con solidez y no solo para moverse mucho.


Funciona como un recordatorio para no querer hacerlo todo al mismo tiempo.

En la vida cotidiana, el refrán "El que mucho abarca, poco aprieta" funciona como un recordatorio para no querer hacerlo todo al mismo tiempo. Pero en el mundo empresarial, este dicho adquiere una dimensión estratégica: una empresa que reparte su energía en demasiadas direcciones corre el riesgo de no destacar en ninguna.


En tiempos en los que todo parece urgente, donde abundan las oportunidades y las presiones del mercado, este refrán actúa como una brújula que invita a elegir, priorizar y ejecutar con precisión.


La trampa de querer estar en todo

Muchas organizaciones, especialmente las que están creciendo, caen en una tentación común: lanzar nuevos productos, abrir más canales, diversificar operaciones y probar todas las tendencias que aparecen.


El problema no es crecer; es crecer sin foco.

Cuando una empresa abarca demasiado sin tener la estructura adecuada:

  • Se diluye la calidad.

  • Se saturan los equipos.

  • Se compromete la experiencia del cliente.

  • Se pierde claridad estratégica.


En otras palabras: se trabaja mucho, pero se aprieta poco.


El enfoque como ventaja competitiva

Las empresas más sólidas del mundo no son necesariamente las que hacen más cosas, sino las que escogen bien qué hacer.


Un enfoque claro permite:

  • Perfeccionar productos y servicios.

  • Construir procesos más robustos.

  • Capacitar mejor a los equipos.

  • Comunicar con más coherencia.

  • Servir al cliente con más contundencia.


Enfocarse no es limitarse. Es fortalecerse.


Cuando abarcar menos genera más resultados

Ejemplos cotidianos dentro de las empresas lo demuestran:

  • El equipo comercial rinde más cuando tiene un portafolio bien definido, en lugar de 200 productos que nadie puede explicar con seguridad.

  • Las áreas operativas mejoran cuando se reducen proyectos paralelos y se ataca uno a la vez.

  • Los líderes toman mejores decisiones cuando dejan de perseguir todas las ideas del día y se concentran en las metas críticas.


La productividad real no se mide por la cantidad de tareas abiertas, sino por la cantidad de tareas bien cerradas.


En el mundo de los negocios, querer abarcarlo todo puede parecer señal de ambición, pero muchas veces es señal de falta de estrategia. Priorizar es un acto de madurez empresarial.

El que mucho abarca, poco aprieta nos recuerda que el éxito no siempre está en multiplicar esfuerzos, sino en dirigirlos con precisión. Porque la empresa que aprieta bien, aunque abarque menos, avanza más firme, más rápido y con menos desgaste.


– Don Refrán

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