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Lo reconfortante del éxito



Entre el viernes 3 y el sábado 4 de febrero de 2023 me invitaron a hacer un recorrido por un sector del Parque Nacional El Ávila, en Venezuela, denominado Ávila en Luna Llena 2023. Inició en la noche del viernes 3 y culminó al día siguiente, cerca de las primeras horas de la tarde,


Este artículo no hubiese sido necesario escribirlo, si todo hubiese salido bien. El punto es que esa oportunidad y por distintas circunstancias, NO PUDE COMPLETARLO.

(ver detalles en el artículo que preparé, unos meses después del evento, en el siguiente link: https://www.hyggelink.com/post/la-bendici%C3%B3n-del-fracaso).




Dicho recorrido consistía en iniciar en el Puesto de Guarda Parques «Cachimbo», a aproximadamente a 1.000 msnm y hacer una pequeña parada en «Piedra del Indio», (final de ruta para mí).


Posteriormente, debíamos llegar de madrugada al Pico Oriental (2.640 msnm) a esperar el amanecer. Continuar por la Fila del Ávila, pasando por «La Silla de Caracas», Pico Occidental, «Lagunazo» y Hotel Humboldt (Pico del Ávila), a 2.140 msnm, para finalmente bajar por el teleférico.


En la oportunidad del artículo reseñado, expresé que consideraba que fracaso era fracaso, porque nadie puede sentirse orgulloso de él. Por ello es que indiqué tambien que el fracaso puede ser motivo de orgullo, SI Y SOLO SI lo acompañamos de las acciones que debemos tomar, una vez que él nos devela las causas de su aparición.

En tal sentido es que, conectando esta experiencia con el mundo empresarial, que es la intención de mis artículos, consideré que debía escribir este segundo porque, a casi un año del indeseado hecho, finalmente, después de tomar las medidas requeridas, LOGRÉ COMPLETAR EL DESAFIANTE RECORRIDO.





Por haberlo completado, conozco el proceso que me permite aseverar que el fracaso puede convertirse en bendición, cuando lo agradecemos por ser el motivo del logro de un éxito reconfortante.


Esta afirmación puede ser aplicada a cualquier ámbito de nuestra vida, tanto profesional como personal, utilizando un enfoque sistémico y la certeza de que «todo está interconectado».



En este caso particular, las medidas requeridas, relacionándolas, una a una, con una visión empresarial, consistieron en:


Hacerme responsable de lo que había sucedido (aceptar el error cometido)
Adquirir un morral (mochila) de la mitad de capacidad del que me llevé en 2023 (racionalizar la carga de trabajo a aceptar)
Eliminar los accesorios innecesarios (gestionar el tiempo y dar prioridad a lo importante)
Tratar con éxito la dolencia física que tenía en el talón (cuidar la salud integral)
Robustecer el entrenamiento en la montaña (estudiar y preparase de manera continua)
Bajar de peso de manera sustancial (deslastrarse de actividades poco productivas que «pesan» en el rendimiento).



Finalmente, y cerrando de manera análoga a como lo hice en el artículo reseñado al principio de éste, emplearé la misma expresión que utilizo con regularidad: El montañismo es como la vida (personal y profesional): Tanto en uno como en las otras, todas las cosas importantes se obtienen con acciones, persistencia y tiempo.



Si tenemos estas premisas en mente, todo el tiempo, sin que se conviertan en fuentes generadoras de stress; y si nos vemos como los seres humanos que somos, con aciertos y caídas; y nos tratamos, personalmente, de manera gentil (nadie lo va a hacer por nosotros), con aceptación ante los errores o desaciertos; seguramente estaremos en el camino de lograr la tan ansiada felicidad.



Nota Final: Quisiera dar un agradecimiento especial al equipo de montañistas que me acompañaron en esta «revancha». Por sus características (humor, empatía, solidaridad, arrojo, cooperación y «buena vibra»), los puedo definir como de Alto Desempeño. Gracias por secundar mi iniciativa. ¡Hasta el próximo desafío!


Gracias por tu tiempo.


Autor

Arnaldo González Graterol 

Autor de la competencia Liderazgo de personas y equipos


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