Rompiendo los mitos que frenan tu liderazgo
"No puedes hacer crecer una organización si no aprendes a delegar. Delegar no es solo repartir tareas, es multiplicar tu impacto." — John C. Maxwell
Imagina cuánto podrías mejorar tu productividad y rendimiento si liberaras, al menos, unas 4 horas a la semana para dedicarte a lo que realmente aporta valor a tus objetivos. Esta es la realidad que muchos gerentes subestiman, destinando horas valiosas a tareas que podrían ser delegadas. Según una encuesta reciente en LinkedIn, un alto porcentaje de profesionales invierte entre 1 y 5 horas semanales en actividades que podrían ser delegadas. Sin embargo, algunos incluso destinan más de 10 horas a estas tareas. Si estos tiempos se dedicaran a planificación o a actividades estratégicas, el impacto en la organización sería profundo y transformador.
Delegar no es simplemente pasar la carga a otro; es un acto estratégico que, cuando se realiza con propósito y planificación, multiplica el impacto de un líder y fortalece al equipo. No se trata solo de liberar tiempo, sino de crear un espacio para el desarrollo personal y la innovación, de garantizar que las tareas importantes, aunque no urgentes, se realicen con calidad y en el momento adecuado. Es aquí donde se encuentra el verdadero poder de la delegación.
Uno de los errores más comunes en la delegación es creer que solo se debe delegar a personas que ya dominan la tarea. Esta percepción limita el potencial de crecimiento tanto del equipo como del propio líder. Al contrario, delegar a un empleado que aún no domina la tarea, pero tiene el potencial para aprenderla, puede ser una estrategia poderosa. Cuando un gerente dedica tiempo a enseñar y supervisar, está invirtiendo en el desarrollo de sus colaboradores. Con el tiempo, este empleado se convierte en un recurso confiable y capaz, lo que a largo plazo deja más tiempo disponible al gerente y aumenta la eficiencia laboral del equipo.
Otro error muy extendido es delegar tareas que son urgentes, pero no importantes, aquellas que pertenecen al cuadrante 3 de la matriz de prioridades. Esta práctica es contraproducente porque transmite al equipo la idea de que se les asignan tareas sin valor, lo cual puede resultar desmotivador. En cambio, los gerentes deberían enfocarse en delegar tareas del cuadrante 2, aquellas que son importantes, pero no urgentes, ya que estas permiten un aprendizaje gradual y una ejecución de calidad, fomentando así el crecimiento del equipo.
Además, existe la falsa creencia de que delegar consume demasiado tiempo y que es mejor realizar las tareas uno mismo. Esta mentalidad, aunque comprensible en el corto plazo, es muy perjudicial a largo plazo. La delegación es una inversión en la creación de un equipo autónomo y eficiente, lo que libera al gerente para enfocarse en tareas estratégicas que realmente requieren su atención.
Recomendaciones prácticas para una delegación efectiva:
Identifica tareas del cuadrante 2: Prioriza la delegación de tareas que son importantes, pero no urgentes. Estas tareas permiten que el equipo aprenda y crezca bajo tu supervisión, garantizando resultados de alta calidad.
Selecciona al empleado adecuado: Considera no solo las habilidades actuales del empleado, sino también su potencial para aprender y desarrollarse.
Comunica con claridad: Especifica de manera detallada lo que esperas, con más énfasis en los resultados que en las tareas. La comunicación efectiva es clave para evitar malentendidos y asegurar el éxito en la delegación.
Establece un sistema de seguimiento: Diseña un mecanismo de control que te permita monitorear el progreso sin interferir en la autonomía del empleado. Esto puede incluir reuniones periódicas o reportes de avance.
Confía en el proceso: La delegación efectiva requiere tiempo y paciencia. No te desanimes si al principio parece que toma más tiempo; a largo plazo, los beneficios serán evidentes.
¡Actúa ahora! No permitas que los mitos de la delegación frenen tu desarrollo personal. Empieza a delegar estratégicamente y descubre el verdadero potencial de tu liderazgo.
Autor
Gustavo Yepes
Accountability Partner. Conferencista. Experto en Gestión del tiempo
Aliado de "Y eso, ¿cómo se come?" en Hyggelink
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