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Liderazgo orgánico con enfoque situacional (Parte 2)



Finalicé la primera parte haciendo la analogía entre las acciones coordinadas naturalmente y una banda de Jazz ya que, como fanático de este estilo musical, aprecio esa distinción.


Por ello, concebir la acción del liderazgo como si fuera una banda de Jazz, en la que la agrupación brilla en conjunto en la melodía y cada uno particularmente en los «solos», para producir una pieza magistral, producto de la sinergia entre todos los ejecutantes, es una manera de ejemplificar el proceso.

La visión orgánica produce valores orgánicos que guían nuestra existencia. No sólo en nuestros trabajos, en las empresas donde laboramos, sino en nuestras actividades en general. Así se convierte en nuestro «Estilo de Vida». Un estilo de vida que nos beneficia y beneficia a todos.


Volviendo al modelo Hersey-Blanchard del Liderazgo Situacional, me gustaría concentrarme en su propuesta esencial porque la considero alineada con el enfoque orgánico por varias razones; entre ellas:


  1. Considera el nivel de preparación del seguidor como base del diagnóstico; es decir, la persona está en el centro de atención.

  2. Con base en ese diagnóstico, se diseña el grado de conducción y dirección que se la va a ofrecer

  3. Igualmente se define el grado de apoyo social y emocional a brindar


Bajo estas premisas, el modelo puede ser adaptado al proceso evolutivo de un ser humano desde su más temprana edad. ¿Qué más orgánico que esto?

Por ello, poder hacer esta analogía lo hace, a mi entender, un modelo que tiene dos características muy valiosas que se pueden resumir en dos palabras: Versatilidad y flexibilidad. Versátil porque es capaz de adaptarse con rapidez y facilidad a distintas situaciones empresariales o personales y flexible porque responde en corto tiempo al cambio.


Partiendo de este enfoque, podría decirse que el Estilo I, planteado en el modelo, se podría relacionar con lo que se debe hacer con el niño, quien requiere instrucciones precisas y supervisión cercana de su desempeño.


El Estilo II se podría relacionar con la etapa de la adolescencia, donde se necesita convencer, explicar las decisiones y permitir las aclaratorias, como elementos fundamentales para una buena relación familiar.


El Estilo III se podría relacionar con la edad adulta temprana, donde la consigna de relación es de apoyo y participación en las ideas y la toma de decisiones.


Finalmente, el Estilo IV se podría asociar con la etapa de adulto mayor, donde la toma e implementación de decisiones es responsabilidad total del individuo.



Estos cuatro estadios llevados a la empresa facilitan de manera natural la obtención de los objetivos, los cuales, si se diagnostican adecuadamente, van a influir positivamente sobre el clima laboral de la organización, produciendo su fin último: productividad y prosperidad con la felicidad de los generadores de esa prosperidad.


Finalmente, no quisiera concluir mi presentación sin ratificar mi profundo compromiso con esta propuesta que busca propiciar un cambio significativo en la manera de hacer gerencia.


Si cada uno de nosotros internalizamos y convertimos en convicción el hecho de que la naturaleza es la mejor diseñadora que existe y que por ello debe ser nuestra guía y mentora para cualquier proceso que involucre al ser humano, seguramente estaremos en el camino de hacer de éste, un mundo mejor.


Nota de cierre: Todos estos artículos los hago con una clara intención: Deseo que se reflexione sobre la necesidad imperiosa de formar personas integrales y no solo expertos profesionales generadores de riqueza. Necesitamos líderes que, además de generar riqueza, también sean buenas personas. Me refiero a los que guardan un equilibrio dinámico entre todos los elementos que conforman su función - que no es la de «jefe» - sino la de un individuo que se preocupa por su gente, por el ambiente, por la comunidad donde opera, por las leyes que lo rigen y por él mismo como persona, por aquello del «Bien Común que me incluya». Somos interdependientes. Por lo tanto, si producimos un daño en alguna parte de nuestro planeta se afectará la globalidad. Lo opuesto también aplica...


Recuerda: «El auténtico progreso no consiste el aumentar el bienestar de algunos en detrimento del de otros».


Muchas gracias por tu tiempo


Autor

Arnaldo González Graterol 

Autor de la competencia Liderazgo de personas y equipos


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