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No dejes para mañana…

  • Foto del escritor: Jorge Rivas Don Refrán
    Jorge Rivas Don Refrán
  • 16 sept
  • 2 Min. de lectura

Un refrán que enseña a las empresas el valor de actuar hoy y no postergar decisiones.


"No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy"
"No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy"

Postergar decisiones: un enemigo silencioso en las empresas

En el mundo empresarial, la tentación de postergar es una de las trampas más comunes y a la vez más costosas. Aplazar decisiones, retrasar proyectos o dejar para después lo que puede resolverse en el presente parece inofensivo, pero en realidad merma la competitividad y debilita la cultura organizacional.




Decidir hoy, aunque la certeza nunca sea absoluta

La postergación suele justificarse con argumentos aparentemente razonables: “esperemos más datos”, “analicemos mejor”, “veamos cómo evoluciona el mercado”. Aunque el análisis es necesario, también es cierto que el exceso de espera paraliza.


Las oportunidades, así como trenes, no pasan dos veces. Una empresa que se queda mirando cómo les pasan ante sus ojos, tarde o temprano será superada por competidores más ágiles y decididos.

Cultura organizacional: lo que se posterga arriba, se repite abajo

Actuar hoy no significa improvisar, sino asumir que la perfección absoluta nunca llega, como dice una importante frase, “Lo perfecto es enemigo de lo oportuno”. Las compañías que aprenden a tomar decisiones con la información disponible, aun cuando no es completa, avanzan más rápido que aquellas que se detienen a esperar la claridad total. En un mercado que cambia todos los días, esperar la certeza es casi un lujo imposible.


Cuando los líderes postergan, los equipos aprenden a hacer lo mismo. Un pendiente sin resolver hoy se convierte mañana en una cadena de correos acumulados, procesos trabados y clientes impacientes.


No permitas que la perfección, te deje pasar la oportunidad

Innovar es atreverse en el presente

Las grandes innovaciones no nacieron de empresas que esperaron a que todo estuviera bajo control, sino de aquellas que entendieron que el momento perfecto es hoy. Esa mentalidad, aplicada a cualquier escala (desde un taller artesanal hasta una multinacional), hace que las organizaciones estén siempre un paso adelante.


Diferenciar lo urgente de lo importante

No se trata de vivir en la prisa ni de actuar a la ligera. Se trata de diferenciar lo urgente de lo importante y, sobre todo, de reconocer cuándo la espera es un disfraz de la indecisión. Cada día que se pierde en dudas es un día que otros aprovechan para ganar terreno.


Al final, lo que define a una empresa no son las promesas de lo que hará mañana, sino los resultados que concreta hoy. La acción oportuna es un hábito que se cultiva y un valor que, cuando se convierte en parte de la identidad corporativa, permite enfrentar con valentía los retos del presente y preparar con solidez el futuro.


En los negocios, como en la vida, el tiempo no perdona. Y tal vez esa sea la mayor enseñanza de este refrán: no se trata de hacer todo al mismo tiempo, sino de no dejar para después lo que hoy puede abrir puertas, resolver problemas o generar valor.


Así como los refranes no pasan de moda, las empresas tampoco deberían dejar pasar el tiempo. – Don Refrán

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