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Ikigai y liderazgo

Actualizado: 21 ago 2023


arbol ikigai y loderazgo

Según Akihiro Hasegawa, doctor especializado en psicología clínica y profesor de la Universidad de Toyo Ewia, el término Ikigai es la combinación de dos palabras japonesas: Iki (Vida) y Gai (Valor); y su origen se remonta al período Heian (paz y tranquilidad en japonés), último período de la época clásica de la historia japonesa, que se extendió desde los años 794 hasta el 1185.


Como especialista en su área, Hasegawa ha trabajado en las universidades/escuelas de posgrado, buscando la manera de unir la educación y la práctica, con el objetivo de que el trabajo de campo y la investigación se complementen de una manera armoniosa. Armonía: la palabra clave de cualquier proceso que se precie de serlo.


En occidente, el término fue descubierto por el escritor español Francesc Miralles y el Ing. Héctor García, los cuales se unieron en un trabajo de campo en la isla de Okinawa, en Japón (mar de China Oriental), la «Zona Azul» más potente del mundo. Por cierto, «Zona Azul» se denomina a los lugares donde las personas son más longevas. Te invito a disfrutar el siguiente video:



Partiendo de este preámbulo y conectando el mensaje con el propósito de este artículo, quiero rescatar la esencia de la palabra Ikigai, que puede interpretarse también como tener una «razón para vivir» o un «propósito de vida», con lo que representa el liderazgo que inspira a la acción; es decir, ese que fomenta en quien lo ejerce y quién lo recibe, el enfoque hacia un objetivo superior o un «propósito de vida», base de la esencia del término Ikigai.

Detrás del liderazgo hay una filosofía y un «estilo» de existencia. No puedes comportarte como un líder en tu empresa y «ser un desastre» en tu vida personal. Por esta razón es que, al momento de que te dices: «Si, acepto el compromiso de ser un líder», aceptas también ser la persona que da, no la que recibe. También aceptas que la motivación, necesaria para realizar con éxito cualquier empresa, será «tu estandarte». Serás el que motiva, a diferencia de ser el que espera ser motivado por los demás. Así funciona, de acuerdo a mi criterio, este compromiso.


A partir de asumirlo, la empatía, las palabras de apoyo, la búsqueda de opciones favorables y el «dar ánimo», deberán ser parte de tu proceder. Ésto se hará más necesario en las situaciones de estrés, cuando te corresponda mantener la calma con una sonrisa frente a tu equipo. En un principio, desarrollar estas habilidades será un esfuerzo consciente, pero cuando las domines, lo harás de manera inconsciente, como un hábito. Así confirmarás que ése, es «Tu Ikigai».


Comprobarás, de esta forma, que la «longevidad armoniosa», activador del estudio de Miralles y García, será la consecuencia de haber conseguido aquello que «resuena» con lo que deseas; y cuando tu decisión beneficie a otras personas y hagas que ellas consigan su propósito también, el «Bien Común», como objetivo, se logrará.


Preguntas como: ¿tengo mi Ikigai?, ¿consigo periódicamente el impulso para levantarme de la cama todas las mañanas? y ¿tengo energía y ganas de vivir?, tendrán una respuesta afirmativa cada vez que realices tus prácticas periódicas de reflexión o meditación; esas que te deben acompañar en el proceso de autoconocimiento permanente que, sin duda, deben ser parte de los elementos que guíen tu manera de vivir.

Finalmente, quisiera culminar con una reflexión del profesor Hasegawa, con quien inicié mi artículo, que resume la esencia de la palabra Ikigai y que no necesita más explicación:


Nota de cierre: Todos estos artículos los hago con una clara intención: Deseo que se reflexione sobre la necesidad imperiosa de formar personas integrales y no solo expertos profesionales generadores de riqueza. Necesitamos líderes que, además de lo anterior, también sean buenas personas. Me refiero a los que guardan un equilibrio dinámico entre todos los elementos que conforman su función - que no es la de «jefe» - sino la de un individuo que se preocupa por su gente, por el ambiente, por la comunidad donde opera y por las leyes que lo rigen. Somos interdependientes. Por lo tanto, si producimos un daño en alguna parte de nuestro planeta se afectará la globalidad. Recuerda: «El auténtico progreso no consiste el aumentar el bienestar de algunos en detrimento del de otros».


Gracias por tu tiempo


Autor

Arnaldo González Graterol

Autor de la competencia Liderazgo de personas y equipos en el libro "Y eso, ¿cómo se come?"


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