La única limitación que tienes es la que crees tener en tu mente.
Les Brown
Durante la formación para certificarme como Coach, ya hace algunos años, me solicitaron que me definiera en una sola frase corta y, sin pensarlo, me salió esta:
Soy un militante activo del optimismo y la esperanza.
Con el tiempo, me he dado cuenta que no fue una frase salida de la nada, sino de lo más profundo de mis creencias y valores, y hoy la reitero de forma consciente.
El optimismo, con su brillo radiante y su mirada positiva hacia el futuro, a menudo es malinterpretado y, en algunos casos, incluso menospreciado. Muchas personas tienden a asociar el optimismo con la falta de realismo, como si enfocarse en lo positivo significara ignorar las realidades a menudo desafiantes de la vida. Sin embargo, ser optimista no es simplemente ver el mundo a través de lentes de color rosa.
El estigma asociado con el optimismo a menudo proviene de la creencia errónea de que los optimistas somos soñadores alejados de la realidad. Sin embargo, la verdad es que somos conscientes de los desafíos, pero elegimos enfrentarlos con una mentalidad positiva. Esta elección tiene un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar general.
Ser optimista trae ciertas ventajas. Numerosos estudios respaldan el hecho de que está vinculado a una mejor salud mental y física. Mantener una actitud positiva se asocia con niveles reducidos de estrés y ansiedad, lo que contribuye a una mayor calidad de vida. Por otra parte, los optimistas tendemos a ser más resistentes frente a los desafíos. Vemos las dificultades como oportunidades para crecer en lugar de obstáculos insuperables. Esta mentalidad resiliente nos permite recuperarnos más rápido de las adversidades.
Algunos estudios han demostrado que el optimismo puede estar relacionado con una vida más larga y saludable. La forma en que enfrentamos la vida y sus desafíos puede impactar nuestra longevidad. En adición, la mentalidad positiva está vinculada a la creatividad. Cuando nos enfrentan a problemas, los optimistas tendemos a encontrar soluciones innovadoras en lugar de quedar atrapados en el ciclo de la queja.
Ser optimista no significa ignorar las preocupaciones o los desafíos. Reconocer las dificultades es el primer paso para abordarlas de manera efectiva. De hecho, la mayoría de las preocupaciones sobre el futuro no se materializan, pero el simple acto de preocuparse hace que nuestro cuerpo libere la hormona del estrés y puede generar un desgaste significativo en nuestro bienestar emocional.
Cuando alguien se aferra a una perspectiva pesimista ante una situación y me acusa de no ser realista, suelo decirle que, definitivamente, puede pasar lo peor, es una opción que no es desechable, pero también puede pasar lo mejor. En el medio, agrego, pueden suceder una infinidad de cosas, por lo que particularmente prefiero situarme en el lado positivo. Confieso que no siempre logro un cambio de actitud con este razonamiento ya que, para muchas personas, las emociones privan sobre las razones.
Los optimistas podemos equivocarnos tanto como los pesimistas, pero, definitivamente, somos más felices
A continuación, me permito sugerirte algunas estrategias para emprender el futuro con optimismo
Establece metas ambiciosas. Fijar metas desafiantes, pero alcanzables, es una estrategia clave para mantener el optimismo. Estas metas actúan como faros que guían nuestros esfuerzos y nos motivan a avanzar, incluso en tiempos difíciles.
Enfrenta los desafíos con soluciones. En lugar de centrarte en los problemas, los optimistas nos concentramos en definir la causa y buscar soluciones sustentables. Al abordar los desafíos de manera proactiva, nos sentimos capacitados y en control de nuestras vidas.
Cultiva el hábito de la gratitud. Reconocer y apreciar las cosas positivas en la vida fomenta el optimismo. La gratitud puede cambiar la perspectiva, incluso en situaciones difíciles.
La neurociencia respalda la idea de que el optimismo tiene efectos positivos en el cerebro. La liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina está asociada con el pensamiento positivo, lo que contribuye a un estado de ánimo elevado y una sensación general de bienestar.
El único límite para nuestras realizaciones de mañana serán nuestras dudas de hoy. Franklin D. Roosevelt
Ser optimista no es sinónimo de negar la realidad. Significa elegir abrazar la esperanza y la positividad incluso en medio de desafíos. La mentalidad optimista nos proporciona innumerables beneficios. No solo nos ayuda a enfrentar los desafíos con una mejor actitud, sino que también ilumina el camino hacia un futuro más brillante.
Adoptar estrategias positivas, fijar metas ambiciosas y enfrentar los desafíos con soluciones, nos ayuda a emprender el futuro con la confianza de que, incluso en la incertidumbre, el optimismo es una herramienta poderosa para el éxito y la felicidad.
¡Demos la bienvenida a 2024 con optimismo!
Autor
Gustavo Yepes
Coach. Conferencista. Experto en Gestión del tiempo
Aliado de "Y eso, ¿cómo se come?" en Hyggelink
Gustavo muchas gracias por compartir de manera concreta expresas una gran realidad y si a esto le sumamos un actitud positiva se logra una buena sinergia. saludos
Muchas gracias Sr. Gustavo por compartir sus artículos, siempre motivando a su gente! Saludos y cariños
Hola Gustavo, muchas gracias por compartir tu artículo sobre el optimismo y me reflejo en situaciones allí expresadas; quizás por qué siempre he sido muy optimista y vivo con mucha tranquilidad a pesar de toda la avalancha de locuras propias de la época y situación reinante en el mundo actual.
La respuesta es vamos a vivirlo de la mejor manera, aprovechando las oportunidades que se esconden en las mismas.
Un gran abrazo, éxitos y saludos a la gran familia.
Excelente artículo y muy motivador. Así es… Bienvenido este nuevo año 2024 con optimismo, Esa es la mejor actitud para lograr todo. ¡Muchas gracias Sr. Gustavo!
Maravilloso Artículo, muchas perlas dentro de el.