El Liderazgo Adaptativo es un concepto que se le atribuye al Dr. Ronald Heifetz, médico y músico virtuoso, quién como cofundador del Centro de Liderazgo Público de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, lo implementó en su formación cotidiana. Por ello, se le considera pionero en esta teoría del liderazgo desde 1983.
Como todo lo humano se puede conectar con lo natural, este concepto no se separa del hecho de que la adaptación y automantenimiento es la base que ha garantizado la supervivencia de todos los organismos que, junto a nosotros, puebla nuestro planeta desde hace 3.800 millones de años.
Para soportar esta afirmación, me apoyaré en los trabajos del biólogo, filósofo y escritor chileno Humberto Maturana, premio nacional de ciencias en 1994; y del biólogo y filósofo chileno, investigador en el ámbito de las neurociencias, las ciencias cognitivas y la filosofía de la mente, Francisco Javier Varela.
Me refiero al concepto de autopoiesis, desarrollado por ellos dos. Aunque es bastante más compleja su explicación (te invito a indagar más al respecto), de manera general, se considera a la autopoiesis como «la cualidad de un sistema molecular de reproducirse y mantenerse por sí mismo»; por medio de la «autoorganización, autorrenovación y propio mantenimiento, a pesar de las perturbaciones del medio».
En el final del párrafo anterior indico: «… a pesar de las perturbaciones del medio»; y lo destaco, porque considero que allí está la esencia de la adaptación. Por ello es que este concepto, referido al comportamiento y vida humana, ha sido ampliamente reconocido, traspasando ciencias y abarcando desde la biología hasta la sociología. Allí entra, según mi opinión, la esencia del Liderazgo Adaptativo.
Con base en eso, los líderes que abrazan esta tendencia, son aquellos que «… a pesar de las perturbaciones del medio», proponen cambios aprovechando el pasado y empleando creatividad, innovación y experimentación; y aunque en diversas oportunidades se encuentran frente a casos que involucran la toma de difíciles decisiones, tienen mayor posibilidad de «salir airosos» por estar mejor adaptados, por práctica y hábito, a la incertidumbre y el cambio.
Por ello, un líder que se adapta:
Impulsa a su equipo y empresa a que se enfrente a difíciles desafíos y prosperen en el mundo empresarial
Cuestiona las normas y reglas establecidas
Desarrolla la pericia - o consigue el apoyo necesario - para lidiar con la temida «resistencia al cambio» y los conflictos que inevitablemente surgen en el proceso.
Involucra a su equipo en la toma de decisiones y los reúne frente al desafío que representa el cambio asociado a los tiempos adversos
Trabaja tanto con las competencias como las debilidades de la empresa, en la búsqueda de oportunidades no consideradas.
Quisiera finalizar con una reflexión del profesor Heifetz, padre del Liderazgo adaptativo, que resume la esencia de su propuesta; y que no necesita más explicaciones:
Nota de cierre: Todos estos artículos los hago con una clara intención: Deseo que se reflexione sobre la necesidad imperiosa de formar personas integrales y no solo expertos profesionales generadores de riqueza. Necesitamos líderes que, además de generar riqueza, también sean buenas personas. Me refiero a los que guardan un equilibrio dinámico entre todos los elementos que conforman su función - que no es la de «jefe» - sino la de un individuo que se preocupa por su gente, por el ambiente, por la comunidad donde opera, por las leyes que lo rigen y por él mismo como persona, por aquello del «Bien Común que me incluya».
Somos interdependientes. Por lo tanto, si producimos un daño en alguna parte de nuestro planeta se afectará la globalidad. Lo opuesto también aplica...
Recuerden: «El auténtico progreso no consiste el aumentar el bienestar de algunos en detrimento del de otros».
Gracias por tu tiempo
Autor
Arnaldo González Graterol
Autor de la competencia Liderazgo de personas y equipos,
en el libro "Y eso, ¿cómo se come?"